jueves, 17 de marzo de 2016

Iglesias del Cusco

La Catedral
Plaza de Armas
Fue edificada en 1560, concluida y consagrada en 1668. A diferencia de la mayoría de los templos cusqueños, casi no sufrió daños a consecuencia del terremoto de 1650. Como la de Lima, la Catedral del Cusco reúne características del gótico, el renacimiento manierista y el barroco. Flanqueada por dos solidas torres, sus portadas lateras son manieristas, y la central, discretamente barroca. Tiene esplendidos altares de estilo tanto renacentista como barroco y neoclásico. Son magníficas obras de artesanía cusqueña, su pulpito de madera tallada y la sillería del coro. Destaca también su colección de lienzos de la escuela cusqueña, con obras de Diego Quispe Tito, Basilio Santa Cruz Pumacallo, Basilio Pacheco y Marcos Zapata, creador de una singular Ultima Cena en la que el plato principal es  cuy asado, Posee uno de los tesoros de orfebrería más ricos del arte colonial, compuesto por una gran custodia de oro y piedras preciosas, el templete de plata de la procesión del Corpus Christi, las  andas de plata del Señor de los Temblores y de la Linda, atriles, candelabros y frontales, entre otras joyas. En este templo tiene su propia capilla el Señor de los Temblores, patrón del Cusco, cuya imagen posee más de 25 kilos de oro solido e innumerables piedras preciosas. De la torre del evangelio cuelga, desde 1659, la célebre campana María Angola, considerada la mayor de América del Sur.
Iglesia del Triunfo

Plaza de Armas
Se encuentra a la derecha de la Catedral. Fue la primera iglesia española del Cusco y debe su nombre a la victoria española sobre las huestes muy numerosas del rebelde Manco Inca, en 1536. Se construyó sobre las bases del Sunturwasi (“casa redonda”), ya que en ese templo Inca se refugiaron los conquistadores sitiados por el Inca rebelde, sobreviviendo y venciendo en el contraataque, milagrosamente. Cuenta la tradición que durante ese sitio, en una noche tormentosa, descendieron la virgen y el apóstol Santiago para auxiliar a los españoles. En gratitud a los auxilios prestados por la Providencia, los jefes españoles prometieron levantar un templo en el lugar. Fue reconstruido, adquiriendo su forma actual, entre 1729 y 1733. Tiene un bello altar de piedra labrada, una hermosa pintura de la Escuela Cusqueña evocando el descenso dela Virgen, una pintura de grandes dimensiones que representa la destrucción del Cusco por el terremoto de 1650 y la llamada “cruz de la conquista”, que habría portado Pizarro al fundar la ciudad.
Iglesia de los Sagrados Corazones o de la Sagrada Familia
Plaza de Armas        
Está ubicada a la izquierda de la Catedral, posee hermosos altares, esculturas y un magnifico frontal de plata. Su estructura conserva parte de los muros del Kiswar kancha o palacio del Inca Wiracocha.
La Compañía de Jesús 
Plaza de Armas
Es uno de los monumentos sobresalientes  del barroco andino, erigido sobre el Amarukancha, el palacio de la panaca del Inca Huayna Capac. Su ubicación y su opulencia, que opacaba la primacía de la Catedral, dio lugar a graves disputas entre los jesuitas y el clero cusqueño. Su forma actual data de 1668, un siglo antes de la expulsión de dicha orden del virreinato peruano. Se ha creído durante muchos años que la orden jesuita ocultó en el templo un tesoro de once millones de onzas de oro. La iglesia tiene un espléndido conjunto de altares barrocos sobredorados, una Ascensión de Jesús de Diego de la Puente (s. XVII), pinturas del artista cusqueño Marcos Zapata y magnificas esculturas de los santos jesuitas (entre ellos el Cristo de Burgos, de gran realismo) y un famoso lienzo realizado en el s. XVII que representa el matrimonio de Beatriz Clara Coya, heredera directa de los soberanos incas, y el capitán español Martin García de Loyola, sobrino nieto de San Ignacio de Loyola.
La Merced        
Calle mantas S/N, cerca de la Plaza de Armas
Sus portadas son aún manieristas y contrastan con el exuberante barroquismo de su campanario. Tiene una importante sillería de coro plateresca y oleos de gran interés, como el San Laureano de Basilio Santa Cruz Pumacallo (s. XVII). En ella están enterrados los restos de los dos Diego de Almagro, el Viejo (1538) y el Mozo (1542). Su primer claustro es considerado una de las mejores muestras de arquitectura religiosa española de América meridional. Posee una hermosa pintura mural que detalla la vida de San Pedro Nolasco, fundador de la Orden de las Mercedarias; y oleos de Bernardo Bitti (s. XVI) e Ignacio Chacón (s. XVII); magnificas tallas y una espléndida custodia de oro, plata y piedras preciosas, adornada, además, por una célebre perla en forma de sirena.
Santo Domingo  
Av. El sol S/N, Plazoleta de Santo Domingo
Iglesia y convento dominico que fue construido sobre la estructura del Qoricancha (“reciento de oro”), el principal templo inca dedicado al culto del sol y cuyas paredes interiores, según los cronistas, se encontraban recubiertas por láminas de oro. Aseguran los cronistas que existieron en el templo inca recintos dedicados al culto de la luna, el trueno, el arco iris y las deidades de los pueblos conquistados por el Imperio. En 1534, apenas fundada la ciudad española y cuando recién empezaba a construirse el templo, el conquistador Francisco Pizarro depositó aquí el estandarte de Carlos V o “pendón de la conquista”, que se conservó en una ubicación privilegiada hasta 1824. La portada de la iglesia es un espléndido ejemplar del renacimiento, mientras que su torre, similar a la de la iglesia de La Merced, lo es del barroco. El ábside está erigido sobre un magnifico muro circular perteneciente al Qoricancha. Posee una importante serie de pinturas sobre la vida de Santo Domingo de Guzmán.
Santa Catalina
Santa Catalina Angosta S/N
Fundados en 1605, la iglesia y el monasterio debieron reedificarse luego del sismo de 1650. La iglesia atesora hermosos altares barrocos y un soberbio púlpito. Los altares fueron obra de los maestros Pedro de Oquendo y Diego Martínez de Oviedo (ambos del s. XVII). Sus oleos están firmados por Juan Espinoza de los Monteros y Lorenzo Sánchez de Medina en el segundo tercio del s. XVII. Es sobresaliente la serie anónima, al estilo de Zurbarán, de mártires y santos latinos, de la segunda mitad de esa centuria. El monasterio de las religiosas se levantó sobre los muros del Acllawasi o “Casa de las Vírgenes del sol” de los incas. Son admirables las piezas de orfebrería que preserva. Además de poseer un magnifico museo, las religiosas elaboran exquisitos dulces de mazapán y almendras.
San Blas
Plazoleta de San Blas   
La mayor riqueza de esta iglesia consiste en su importante colección de pinturas, su espléndido altar mayor y, muy especialmente, su célebre púlpito de estilo barroco, hecho de una sola pieza de cedro y considerado el más fino ejemplar de talla en madera realizado en la América Colonial. Esta obra data del último tercio del s. XVII y se le atribuye a Juan Tomás Tuyru Túpac.
San Francisco
Plaza de San Francisco S/N    
Fue edificada por orden del virrey Francisco de Toledo en 1572, aunque debió restaurarse luego del sismo de 1650. Su planta tiene forma de cruz latina, posee tres naves y una alta torre cuadrada. La fachada que da a la plaza es renacentista. Atesora una de las sillerías de coro más celebres de Hispanoamérica, por sus magníficos altorrelieves. El convento resistió el sismo de 1650, por lo que constituye una magnifica muestra de la arquitectura del s. XVI, cuya nave, de carácter plateresco, ha sido embellecida con azulejos sevillanos. Posee lienzos de los más grandes pintores del s. XVII: Diego Quispe Tito, Marcos Zapata, Basilio Santa  Cruz Pumacallao, Juan Espinoza de los Monteros y Antonio Sinchi Roca.
San Pedro
Frente al Mercado
Su edificación actual data de 1688. Fue diseñado por el arquitecto y escultor indígena Juan Tomás Tuyru Túpac. Tiene dos torres y fachada renacentista y su planta tiene forma de cruz latina. Consta de una nave con altas bóvedas y seis capillas laterales. Su altar mayor barroco con frontal, gradillas y tabernáculo de plata, y su pulpito. Posee una importante colección de pintura.
San Cristóbal
Laderas de Sacsayhuaman  
Fue construida en los primeros años de la conquista por el cacique indio Cristóbal Paullu, señor de la Kolkampata, como muestra de su devoción al cristianismo. La estatua del santo patrono es gigantesca y es paseada en procesión en la fiesta del Corpus. Se ubica al lado del palacio Inca de Kolkampata. Adyacente al lugar se encuentra la célebre casona que perteneciera a Lope de Aguirre y fuera, posteriormente, residencia de Simón Bolívar a su paso por el Cusco.

Otros: Belén de los Reyes, Santa teresa y Santa Clara.

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